Esto es BrandWriting. Soy Santi Pina. Escribo para hacer que la gente mueva el culo. Es un buen trabajo. Y me gusta hacerlo amparado por el Epígrafe 751 del I.A.E., el que aleja a los creativos de quienes venden al peso. Así que pago cada mes por el derecho a no darte frases hechas, palabras copiadas y pegadas desde un buscador, o la razón en todo. Y a demostrarte que es mejor así. Para ti, para tu marca y para la mía.

O llámalo “actitud”, mejor. Hagas lo que hagas, tu negocio es que te quieran. Y no hay forma de quererte si en vez de actitud eliges miedo. Miedo es expresarte como hacen los demás, no vaya a ser… Actitud es decidir una forma de hablar que no deje indiferente. No es dar la nota ni ser raritos, o hacer un Brand Voice que quede majo. Es poner en limpio qué necesitamos sentir cada vez que escribimos, cada vez que pensamos, para poder encontrarnos con alguien que sienta lo mismo.

Hay una buena noticia para la comunicación de tu marca: el “deadline” ha muerto. Cada pieza que publicas, y da igual lo que hayas sufrido por ella, solo es un instante más en una conversación que ni tú ni yo veremos terminar. Y en eso consiste la Narrativa de Marca: escuchar, pensar y bajar a la arena un sistema de comunicación que enriquezca esa conversación con un propósito claro, desde la creatividad, la oportunidad, la autoría y el sentido común. Sin prisas.

El acceso a las palabras es un derecho natural. Nadie te puede cobrar por decir “hola”, “amor” o “jurisprudencia”, ni por decidir decirlo. Además están por todos lados, las palabras. Internet está lleno de ellas. Y las redes sociales. Y, en fin, tu madre y esa pareja de vecinos tan charlatanes… Será por palabras. Puedes coger un puñado cada día y usarlas a tu gusto. ¿Por qué pagar entonces por ellas? ¿Por qué pagarme a mí para que escriba tus publicaciones de Facebook o de Linkedin, o tu página web o una carta comercial? La respuesta es sencilla: al contrario de lo que parece, los redactores no cobramos por las palabras sino por lo que ocurre después de usarlas. No cobramos por dártelas en forma de frases o párrafos, sino por lo que esas frases y esos párrafos harán sentir a quien los lea. Y no cobramos por lo que dices sino por lo que necesitas decir. Y eso, por una mera cuestión de oferta y demanda de talento, es lo que hará que te sientas mejor con cada euro que inviertas.